Lauchón, nunca ausente o siempre presente, dio vida a esta aberración pseudoarquitectónica que configura una puerta hacia el interior de la tierra. Tal vez lo hizo sin darse cuenta.
La humectación de este remoto territorio es inminente.
A pesar de todo, el espacio se fue convirtiendo en lugar. La conquista es respetuosa aunque tal vez aterradora. Un monstruo como guardián de las entrañas del territorio ya reclamado por c!ndad Panto.
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